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LAS TRES GRACIAS

 


LAS TRES GRACIAS

Se sitúa hacia 1635 y, con toda probabilidad, Rubens lo ejecutó para contemplación propia. Tenía la costumbre de pintar los cuadros privados, como los retratos de su esposa e hijos, sobre madera, mientras que los encargos los plasmaba sobre lienzo, más fácil de transportar.

Las tres Gracias está pintado sobre la reina de las maderas, roble del Báltico, caro y de magníficos acabados. La ocasión, por tanto, debía de ser muy, muy propicia.

La gigantesca tabla (221 x 181 cm), efectivamente, contiene varios símbolos clásicos del enamoramiento motivado por el matrimonio del artista” con Helena.

El guiño directo hacia la joven esposa se encuentra en las ropas contemporáneas que cuelgan del árbol, de los mismos colores que las que luce Helena en otros retratos pintados por el propio Rubens.

El espacio que las circunda representa un paisaje con una línea de horizonte baja, que realza aún más sus contornos. Las figuras a su vez están enmarcadas por una fuente clásica a su izquierda, propia de un jardín, y un árbol al lado contrario. Rubens, para crear un espacio escenográfico que enmarquen a las Gracias, coloca sobre sus cabezas una magnífica guirnalda de rosas colgada de las ramas del árbol.

 Decía Rubens: “Como no quería vivir en el celibato, he tomado por esposa a una joven de una familia plebeya pero honesta,  una mujer que no se ruborizara al verme coger los pinceles con mis propias manos”.

Las tres deidades.

 Eran hijas de Zeus y Eurínome. Se llamaban Áglaye (que significa brillo o resplandor), Eufrósine (gozo o alegría) y Talía (florecimiento o abundancia).

Rubens las pintó según la iconografía clásica, entrelazadas y formando un círculo, lo único en que se desvió fue en la mirada.

En Las tres Gracias las deidades se miran entre sí. En la Antigüedad todas miraban hacia fuera. En un principio se las representaba vestidas, pero a finales del período helenístico los artistas les quitaron la ropa.

La desnudez le sentaba fenomenal a Rubens, dado el estado de ánimo en que se encontraba, Felipe IV, que adquirió la tabla después de la muerte del artista, tampoco le encontró reparos, eso sí, los desnudos que colgaban del Alcázar se tapaban si por allí tenía que pasar la recatada reina

Por aquel entonces, el desnudo se consideraba un género culto y elitista, en absoluto en contradicción con la moral cristiana que se le suponía a la monarquía española.

A finales del siglo XVIII hubo un cambio de sensibilidad, y Las tres Gracias, junto a otras obras de la colección real potencialmente ofensivas, fue trasladada primero a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y después a la Sala Reservada del Museo del Prado, a la cual solo se podía acceder con un pase especial.

De allí emergió en 1839. Desde entonces, ningún gobernante ha puesto objeciones.


Eugenio  d’Ors , comenta este cuadro:

Las tres Gracias es sin duda el Rubens más importante del Museo del Prado, es el más italiano y más limpio, para algunos que saben leer el cuadro, el más complicado psicológicamente.

Cuando el autor murió era propiedad de su mujer, Helena Fourment;  la cual lo recataba en su cámara y a la cual costó mucho persuadirle para que lo vendiera.

Aunque en la tela, según Rubens, se repetía el esplendor de su desnudo, no era el pudor  sino los celos, lo que a Helena le preocupaba. Porque en las tres gracias era ella y a la vez no era ella. Era la rubia Helena Fourment, la segunda mujer del artista, casada a los dieciséis años con Rubens, que contaba cincuenta y seis, y era al tiempo Isabel Brandt, la primera mujer, la morena casi italiana, sueño de los años de juventud. Y las dos bellezas no solo se unían, sino que, misteriosamente, en cada figura, se fundían y completaban. De las dos y de otras acaso, había formado el autor un solo tipo, un solo ideal, un solo amor, su eterno femenino.

Helena Fourment consintió, por fin, en vender el cuadro a los agentes del rey de España, con la condición de que no sería enseñado al público ni saldría del encierro de la colección real. El paso de los siglos ha vuelto vana esta condición, afortunadamente para nosotros.


JTorras

08/02/2021




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